Las tías y abuela de Carlitos están sumidas en la depresión desde el pasado 15 de febrero. Han transcurrido ocho meses desde el día en que desapareció, en el contexto de una fiesta de la iglesia. Siempre temen que haya tenido un destino trágico.
Por Ignacio Carvajal
Coatzacoalcos, 10 de noviembre (Blog Expediente Mx).—Carlitos es un niño de 12 años que vivía en el poblado de Las Barrancas (Cosoleacaque), cuando tenía apenas 4 años, su mamá lo abandonó para irse a trabajar a Coatzacoalcos.
En una humilde casa en “Las Barrancas”, el pequeño estaba creciendo al cuidado de su abuela y tías, hasta que el pasado 15 de febrero, desapareció de manera inexplicable.
La familia piensa que Carlitos tal vez se marchó a buscar a su madre, Karen García González. El chico estaba ilusionado en que llegara el día en que viviría de nuevo con su mamá y su hermano mayor.
Los dos niños resultaron abandonados por Karen en casa de su abuela materna. A sus 12 años, Carlitos ya sabía manejar el teléfono y las redes sociales.
Se hizo un perfil de Facebook donde comenzó a buscar a su mamá y cuando la encontró, cuentan los familiares del pequeño, la mujer entabló una breve comunicación con él, pero ante la insistencia del chico, la madre lo eliminó de sus amigos y lo bloqueó. Desde entonces, salió de su vida y estaba no localizable.
Durante varios días el pequeño estuvo muy triste esperando que mamá apareciera por la puerta con algún pastel o regalo.
Habitualmente, la joven Karen García González iba al pueblo de Barrancas para llevar dinero o regalos a sus pequeños, pero de un tiempo a la fecha, las visitas ya eran menos, incluso, ya no se paraba por el lugar y Carlitos la extrañaba profundamente.
Las tías y abuela de Carlitos están sumidas en la depresión desde el pasado 15 de febrero. Han transcurrido ocho meses desde el día en que desapareció, en el contexto de una fiesta de la iglesia. Siempre temen que haya tenido un destino trágico.
FISCALÍA LOS IGNORA
Cuando desaparece el pequeño, la familia acusa que es ignorada por el personal de la Fiscalía General del Estado (FGE) que trabajan en la subunidad de Cosoloeacaque.
Los fiscales resultaron indolentes pese a las insistencias de lanzar la Alerta Ámber.
Sin embargo, gracias al acercamiento con el Colectivo de Madres en Búsqueda de Coatzacoalcos, lograron lanzar la alerta de búsqueda dos días después de la desaparición.
Al paso de los días, a la familia llegó el dato de que un hombre en Cosoleacaque, borracho, alardeaba de haber asesinado a un niño.
Es por eso que se asienta la denuncia por su desaparición y se comienza a investigar al sujeto. Hay testigos declarados quienes afirman haber escuchado a ese hombre mencionar que el cadáver del niño fue lanzado a una fosa clandestina.
A principios de mes, con el apoyo del Colectivo de Madres en Búsqueda de Coatzacoalcos, la Fiscalía General del Estado encabezó una búsqueda en un predio de “Las Barrancas”, en el cual había vivido la familia del sujeto señalado.
Armadas de varillas y personal especializado, se peinó una zona del predio en busca de algún indicio. En el pueblo se corrió el chisme de que había sido localizado el esqueleto del niño, pero es falso, en esa diligencia no hubo resultados.
La familia está contenta de que haya la esperanza de encontrarlo con vida pero las diligencias de la búsqueda en muerte avanzan de manera paralela.
Tratando de obtener una muestra de ADN, dentro de las acciones de búsqueda de Carlitos, un familiar de la madre la localizó en Coatzacoalcos en meses pasados.
Pese a la insistencia de la familia, una y otra vez Karen García se negó a colaborar, sólo cuando necesitó donadores de sangre accedió a entregar la muestra de sangre.
Sin embargo, el personal de la Fiscalía tardó mucho tiempo y ella murió a los 33 años el pasado 15 de septiembre en el hospital Gómez Farias. Estaba enferma de VIH y era sospechosa de COVID-19. Estando internada, la mató una insuficiencia respiratoria en menos de 30 minutos.
El personal de Héctor Ronzón, director de Servicios Periciales, teniendo el cadáver a la mano, perdió la oportunidad de sacarle la muestra.
Antes de ser enterrada, Periciales tomó el rastro de ADN de un hueso de la mamá de Carlitos para establecer su mapa genético con la lejana esperanza de encontrarlo en alguna fosa clandestina, aunque desean que el pequeño esté con vida, extraviado en las calles de Coatzacoalcos, tal vez cuando tomó la decisión de buscar a su mamá.
Se suman los meses y el personal de Verónica Hernández Giadans no ha encontrado pistas claras sobre el destino final del niño, tampoco se sabe si investigan al sujeto que presuntamente alardea haberla dado muerte a un menor y quien desde hace varios meses se marchó del pueblo con todo y familia.